3/25/2011

Argumentos contra el “bombardeo humanitario” en Libia

Ante hechos como el ataque militar a Libia por parte de las potencias del eje EEUU - Francia – Reino Unido (perdón, “de las potencias aliadas”), cierto sector de lo que muchos consideran “la izquierda” en España se está desnudando para copular con el establishment político-económico. Muestran sus vergüenzas tanto medios de comunicación como El País y Público, su padrino político -el PSOE- otros partidos como ICV y ERC, futuras formaciones políticas como EQUO, sindicatos como UGT y CCOO y diversas personalidades e intelectuales.

El cebo para legitimar el ataque es, en esta ocasión, una resolución de Naciones Unidas ambigua en sus términos: Autoriza a los Estados Miembros a (…) que adopten todas las medidas necesarias (…) para proteger a los civiles y las zonas pobladas por civiles que estén bajo amenaza de ataque en la Jamahiriya Árabe Libia, incluida Benghazi, aunque excluyendo el uso de una fuerza de ocupación extranjera de cualquier clase (...)”. Todas las medidas necesarias” incluye, según la interpretación de los países atacantes, los bombardeos sobre Libia, lo cual es contradictorio puesto que el uso de bombas garantiza la muerte de un número de civiles que dependerá de la intensidad y duración de los ataques. Bombardear al ejército libio, pero también e inevitablemente a los civiles no es la mejor forma de protegerlos, y en la resolución -evidentemente- no se distingue entre civiles rebeldes y pro-Gadafi. Un argumento tan sólido como este no es considerado hoy por quienes tacharon de manipuladores a aquellos que justificaban el ataque a Irak por estar amparado -decían- en tres resoluciones de la ONU; 1441 (1), 1483 y 1511.

El diario Público se ha esforzado en poner distancia entre los argumentos para atacar Irak y Libia. Público distingue “Las cinco diferencias entre Irak y Libia” sin mencionar las similitudes pero afirmando que “son pocas”.

Se afirma que “el mandato de la ONU es legal”; que hay un “amplio consenso en el Congreso” (2), pues sólo se recogieron los votos en contra de IU y BNG; que los españoles no se posicionan en contra -”sin rechazo popular”-; que la motivación es “proteger a los civiles” y que “no habrá invasión”.

Público olvida más diferencias: entonces gobernaba el PP y ahora lo hace el PSOE. Entre 2002 y 2003 se lanzó una campaña mediática por el NO auspiciada por los medios afines al PSOE y por la izquierda. Como bien dice Público sobre el momento previo a la guerra de Irak, “(...) En Octubre de 2002 (...) un 66,2% de los encuestados afirmaba rechazar la participación de España en el conflicto. En febrero de 2003, la cifra había subido al 90,8% (...)”. Ahora todos los medios de masas de España se posicionan a favor de la misma, con más o menos matices, y ni siquiera ha habido tiempo para difundir los argumentos en contra.

Aún así, Público asegura que no hay rechazo popular cuando el CIS no ha publicado encuesta alguna al respecto. Curioso que leyendo otra noticia del mismo diario encontremos una encuesta con más de 3500 votos donde a la pregunta “¿Estás a favor, o en contra de la acción aliada?” el 71,68% vota “en contra” (3).

Hay muchas discrepancias sobre si los bombardeos “aliados” son una “medida necesaria” para evitar las muertes civiles. Garantizar el espacio de exclusión aérea podría ser suficiente, teniendo en cuenta que el ejército de Gadafi se ha replegado a las ciudades. No en vano, el secretario general de la Liga Árabe, Amr Moussa, afirmó hace unos días: "lo que está pasando en Libia difiere del objetivo de imponer un espacio de exclusión aérea. Los países árabes quieren la protección de los civiles no el bombardeo a otros civiles".

Hay, además, otras similitudes entre Libia e Irak;

El objetivo de la resolución de Irak pretendía supuestamente salvaguardar la vida de civiles que pudiesen ser atacados por armas de destrucción masiva, después de encontrarlas, claro ¿sino para qué pretendían localizarse? En aquella ocasión, como ahora, el objetivo sólo pretendía conseguir la aprobación de la opinión pública.

El apoyo que Occidente ha dado a Gadafi en los últimos años, al igual que a otros regímenes “amigos”. Libia compró armas a todos los gobiernos de países que ahora se le enfrentan, incluido el español, que exportó a Libia equipamiento militar por valor de 6,8 millones de euros durante el primer semestre de 2010. Irak también era un fiel aliado del norte antes de entrar en el “eje del mal”.

Pero hay más argumentos que llevan a cuestionar la “operación” (no quirúrgica) de los países agresores;

La primera, que se ha emprendido la “solución” militar sin agotar antes las vías diplomáticas. Medvédev en Rusia y Chávez en Venezuela ofrecieron una solución negociada del conflicto en Libia si ser escuchados.

La segunda, que ni siquiera se ha probado aún el supuesto “genocidio”, o exterminio planificado cometido por el ejército de Libia por orden de Gadafi (4).

La tercera, que resulta poco creíble el objetivo de las fuerzas “aliadas” teniendo en cuenta su pasividad ante matanzas pasadas en regiones sin recursos naturales o energéticos valiosos: Ruanda, Palestina, Chechenia, Kurdistán, etc. Parece que más bien se pretende el control geoestratégico de Libia mediante la sustitución de sus actuales dirigentes, peligrosos para los intereses económicos occidentales (5) por títeres que ofrezcan condiciones ventajosas a las compañías petrolíferas de EEUU, Francia, Reino Unido, España (6), etc.

La cuarta, que incluso ahora se observa un escandaloso doble rasero en el ataque a Libia y la tolerancia y apoyo a regímenes como el de Bahréin o Yemen, donde muchos manifestantes mueren o desaparecen estos días.

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  1. Recuerda, en este contexto, que ha advertido reiteradamente al Iraq que, de seguir infringiendo sus obligaciones, se expondrá a graves consecuencias”. http://daccess-ods.un.org/TMP/4409109.05599594.html

  2. Diferencia resaltada en otra noticia del diario: “El 99% del Congreso ratifica la misión de España en Libia”. http://www.publico.es/espana/367464/el-99-del-congreso-ratifica-la-mision-de-espana-en-libia

  3. http://www.publico.es/espana/367464/el-99-del-congreso-ratifica-la-mision-de-espana-en-libia

  4. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=124900

  5. Libia: Gadafi considera nacionalizar compañías petroleras” (2009) http://www.energy-pedia.com/article.aspx?articleid=133583

  6. Repsol se juega 30.000 millones de euros en el petróleo de Gadafi
    http://www.rebelion.org/noticia.php?id=124814

10/14/2008

"Se traslada"

Para ver las últimas entradas, podéis visitar la nueva dirección donde se aloja el blog, en "Tercera Información":

http://blogs.tercerainformacion.es/diseccionandoelpais/


9/22/2008

Diseccionando a El País. 21/09/08


-“Crisis financiera mundial - La intervención de Washington.

EE UU inyectará 485.000 millones para evitar el colapso financiero”. 21.09.08

-“Si el plan no se aprueba, que el cielo nos asista”. 21.09.08


“La Administración de Bush dio ayer el detalle de la que ya es la mayor intervención de un Gobierno en la economía, obligada por una espiral que a punto estuvo de llevarse el sistema por delante. "Se actuó para evitar el descalabro total", explicó ayer el presidente para justificar el cambio de estrategia de un Ejecutivo teóricamente poco dado a meter mano en los mercados”.

“Mucho dinero y amplios poderes para intervenir los mercados, con un mensaje claro y conciso a los representantes políticos con el fin de evitar equívocos a las puertas de las elecciones: "La alternativa es el desastre".

Los beneficios se privatizan pero las pérdidas se socializan. Ésta es la tesis que ya mencioné en “Diseccionando a El País. 10.08.08. Al rescate obligado de bancos y Wall Street”, y, justificar el intervencionismo del Estado sólo para “evitar el descalabro total” o porque “la alternativa es el desastre” sigue siendo la línea a seguir de los grandes medios de comunicación. El alarmismo suscitado es palpable en varios de los comentarios expresados por la élite especializada:

“Y el reconocimiento de que se trata de la mayor crisis desde la Gran Depresión y la mayor intervención pública jamás vista sobre los mercados”.

“Durante las reuniones con los líderes republicanos y demócratas, Paulson, (secretario del Tesoro) lanzó una seria advertencia que dejó helados a los representantes políticos: "Que Dios nos asista si el plan no sale adelante".

Los teóricos y prácticos del pensamiento neoliberal salvaje agachan la cabeza y reconocen que el intervencionismo es la solución. No es de extrañar, porque si lo que “papá Estado” va a hacer es inyectarte por vena tropecientos millones de dólares, uno acepta con resignación que sus teorías sobre desregulación de mercados tal vez no eran adecuadas del todo, y, enseguida, pone la mano con una media sonrisa. Para eso si es positivo el intervencionismo. Siempre habrá tiempo para que, más adelante, con los ánimos calmados y las cuentas saneadas, sea posible enarbolar con orgullo la bandera de la libertad y mancillarla liberalizando o robando libremente. En este sentido, recoger declaraciones integristas del otro lado es sano ejercicio para afianzar la idea expresada inicialmente (que la intervención es inaludible) y mientras más irreflexivas o intrépidas suenen, mejor:

“El intervencionismo de la Administración de Bush ha generado muchas críticas, algunas de ellas procedentes incluso de sus propias filas republicanas. "El libre mercado ha muerto en Estados Unidos", señaló en un duro comunicado el senador republicano Jim Bunning, quien aseguró que las medidas de intervención que ha bosquejado el Tesoro suponen "eliminar el libre mercado e instituir el socialismo en Estados Unidos".

Leídos algunos artículos sobre la crisis y tras dar una vuelta y media al asunto, creo haber llegado a una conclusión: otra vez nos toman el pelo. Si la intervención que el Estado lleva a cabo sobre la economía consiste en “salvar” entidades bancarias, aseguradoras y financieras de su propia insensatez con los impuestos de todos, que quieren que les diga, pero prefiero que no se intervenga. La respuesta a este argumento es clara: se pierden puestos de trabajo, nadie presta dinero y vamos al desastre total. Escudarse tras los trabajadores es ruin para una gran empresa que atraviesa una crisis o sencillamente gana 58.000 millones en lugar de los 80.000 del año anterior, y lo primero que hace es “optimizar recursos” o despedir trabajadores, que es lo mismo.

Quiero enlazar con lo que suele ocurrir en estos casos. A el mensaje de “vamos a ayudar a los bancos y demás” se une el de “la crisis, señores, hay que apretarse el cinturón. ¡Austeridad!”. Congelemos salarios, disminuyamos las coberturas sociales y la inversión pública. La traducción: la crisis, provocada por los “amos del mundo”, es el método ideal para recortar eso que se ha llamado “el estado del bienestar”, sin mencionar las nefastas consecuencias sobre países en desarrollo. Para colmo, esto puede ser una interpretación errónea de las causas de la crisis financiera, que puede empeorar por la escasez de demanda. ¿Dan la vuelta a la tortilla para salir bien parados de la recesión y cargar sus pérdidas sobre nosotros?



Lo veo claro tras leer las palabras de Vicentç Navarro en su artículo:

Medidas económicas y fiscales para resolver la crisis. La necesidad de recuperar el keynesianismo

publicado este mismo septiembre, sobre las causas de la crisis;

Puesto que no hay suficiente crecimiento de la demanda de productos, nos encontramos con que hay una crisis de producción, es decir, una crisis resultado de que no haya suficiente demanda para los productos producidos en las empresas productivas. Ello implica que los beneficios que existen en el mundo productivo (el mundo empresarial que produce bienes y servicios) son relativamente bajos lo que explica que la gente que tiene mucho dinero no invierte en empresas productivas sino en inversiones que no son productivas sino especulativas, que tienen una rentabilidad mayor. Invierten en terrenos, por ejemplo, para venderlos más tarde, cuando el precio de tales terrenos aumenta. Lo mismo ocurre en cuanto a inversiones especulativas (sean estas acciones en empresas.com o en vivienda, o en petróleo, o en alimento) que no intentan estimular la producción sino la acumulación de la propiedad para poder venderlas más tarde y a mayor precio. Se van creando así precios artificiales, llamadas burbujas, que van explotando una tras otra, creando crisis que se van acumulando hasta llegar a explotar, esta vez muy espectacularmente, al coincidir varias a la vez”.

Y las soluciones que propone el catedrático de Economía Aplicada y de Ciencias Políticas y Sociales en el citado artículo;

“La solución de la crisis: la expansión de la demanda

La solución ahora pasa, como durante la Depresión, en una re-regulación de los bancos (incluyendo la reducción de sus exuberantes beneficios: la banca ha sido la actividad empresarial con beneficios más altos en los últimos treinta años), y un incremento del gasto público, un incremento de los salarios (con aumento de productividad) y una reducción del precio del dinero, precisamente lo opuesto a lo que la banca está pidiendo. Es alarmante, por cierto, que todos los jefes de la Oficina Económica de Zapatero procedan de la banca y ahora el “grupo de sabios”, que tienen que hacer propuestas al Gobierno de cómo resolver la crisis, procedan en su mayoría de la banca y de las cajas. Esto es equivalente a pedirle al zorro que proteja las gallinas del corral”. (…) “De ahí que las medidas más eficaces sean políticas redistributivas que transfiera fondos de las clases adineradas (que ahorran más que consumen) a las clases populares (que consumen más que ahorran). De ahí que debieran revertirse las políticas fiscales regresivas que se han aprobado en los últimos quince años (que han contribuido al crecimiento de las desigualdades de renta en España), e incrementar la inversión pública y muy en especial en los servicios públicos a fin de crear empleo. Aquí me permito hacer otra aclaración. Hay varias maneras de aumentar el gasto público. La más rápida pero no necesariamente la más estimulante, es aumentar las transferencias públicas, dando cheques a la población. El otro es a través de inversiones públicas que en España se interpreta, en general, en inversiones en infraestructuras (AVE, transportes, etc.). Pero mucho más eficiente para estimular la economía es invertir en servicios públicos, y muy en especial en servicios públicos del estado del bienestar, como sanidad, servicios de dependencia, servicios sociales, escuelas de infancia, y otros, que utilizan muchos recursos humanos”.

No olvidemos que las soluciones que la banca pide son las que luego reproducen los medios de comunicación y ejecutan los gobiernos, pues sus asesores proceden de ésta. Nosotros, la “masa desconcertada”, debemos suscribirlas sin rechistar, que para eso son ellos los que saben, los que entienden lo que nos conviene a todos.

Lo extraño es que nuestro bienestar pase por que estos señores engorden sus cuentas en estos últimos años a costa de precios aumentados artificialmente para la viviendas y subida de hipotecas, del empleo de sus ganancias para especular y aumentar a su vez el precio de combustibles o alimentos, de bajadas de impuestos directos a las rentas más altas, etc. y ahora nos estalle la burbuja de su avaricia a todos. Nos roban, pierden el dinero robado en agujeros financieros y debemos pagarles para mantenerlos a flote. Muy bien pensado.

Pregunta a la masa adormecida; ¿No vale la pena manifestarse contra todo esto? Beligerancia, por favor.


9/15/2008

Diseccionando a El País. 13 y 14/09/08



Este fin de semana, El País insiste en su campaña de propaganda contra los gobiernos democráticos de Bolivia y Venezuela. Rescatamos los principales titulares;

-“Chávez y Morales declaran la guerra diplomática a Bush”.

-“El Gobierno de Bolivia despliega al Ejército en los pozos petroleros”.

-REPORTAJE: “Crisis en Bolivia. El polvorín de Evo sacude Suramérica”.


Sobre la “declaración de guerra diplomática”, el artículo publica declaraciones del líder de la oposición venezolana, Manuel Rosales, y las de un alto cargo y un alto funcionario del gobierno norteamericano sin identificar. La información se ofrece ya, desde un primer momento, sesgada, al no recoger declaraciones u opiniones gubernamentales.

Se acusa a los embajadores de conspirar para derrumbar gobiernos democráticos, pero el diario no encuentra conexión entre la reunión de Philip Goldberg, embajador estadounidense, con líderes “autonomistas” y los brotes de violencia que se desencadenan poco después: “…expulsó al embajador estadounidense, Philip Goldberg, por su supuesto apoyo a los grupos rebeldes…”.

A la vez, se sigue jugando con el lenguaje para desfigurar o suavizar expresiones: “régimen chavista” en lugar de democracia venezolana, “ataques de manifestantes contra las instalaciones petroleras”, sin especificar a los autores, en lugar del más preciso: “sabotajes (terroristas) de grupos (neonazis) organizados desde la oposición”. Se habla de “conflicto”, “enfrentamientos en Bolivia”, o incluso “horda de saqueadores autonomistas” sin explicar nunca el origen, al igual que se menciona que “…el ejército y la policía no han querido intervenir en el conflicto…”, como si fuesen entes autónomos del gobierno boliviano.

Se airean declaraciones del general retirado Ismael Morales Bustamante: "Hemos jurado lealtad a la Patria, no a los Gobiernos, no a los partidos políticos”. Palabras muy graves que tuercen el sentido de un juramento, que según el general, se hace a un concepto con mayúsculas que, suponemos, se sitúa por encima del gobierno elegido a través de las urnas y ratificado en un reciente referéndum revocatorio por el 68% del electorado, dato que no se recoge en ninguno de estos tres artículos de El País. Además de cometer la irresponsabilidad de difundir insinuaciones golpistas, éstas se citan como si fuera la posición del ejército en activo:Los generales retirados de las Fuerzas Armadas solicitaron al Gobierno y la oposición que aplacaran a sus seguidores. De paso, marcaron bien la posición del Ejército”.

Hasta aquí, las agresiones, saqueos, ataques a edificios públicos y asesinatos por parte de grupos paramilitares de extrema derecha, que siguen instrucciones planificadas desde EEUU en connivencia con la oposición casi golpista, se reducen a “enfrentamientos” o “ataques de manifestantes”.


En el reportaje: “Crisis en Bolivia. El polvorín de Evo sacude Suramérica”, se consolidan ideas falsas a la vez que se exterioriza el impacto de la denominada “crisis boliviana”: “…empezó siendo una fogata convertida al rato en un fuego fuera de control que amenaza ahora con transformarse en un pavoroso incendio y sus llamas pueden extenderse a todo el continente americano”.

La estrategia consiste en ocultar el respaldo mayoritario de los bolivianos a su gobierno detrás de la insistente expresión: “empate catastrófico” y justificar la violencia autonomista (independentista) como forma de parar “…las tentaciones autoritarias del propio Morales…”.

Para las declaraciones desde Honduras o Argentina manifestando su solidaridad con Bolivia y denunciando la intromisión de Washington El País encuentra respuestas: estos países se han sumado al “frente antiimperialista” para “…ajustar cuentas, reales o no, con Washington…” o “…para tapar un escándalo sobre financiación ilegal…”.

En medio de este catastrófico panorama, se acude a la cumbre de urgencia de países latinoamericanos donde “…volverá a verse un nuevo capítulo de la soterrada lucha entre las dos izquierdas latinoamericanas. Mientras los países capitaneados por Brasil insistirán en abrir el diálogo en Bolivia entre las partes, otros, con Chávez a la cabeza, tratarán de hacer del conflicto con EE UU el centro de conversaciones e improbables resoluciones finales”.

La propaganda de este fin de semana responde a un objetivo: “… abrir el diálogo en Bolivia entre las partes…”, y para ello se traza un discurso que legitima el chantaje de la violencia por parte de grupos afines y dirigidos desde la oposición, como salida desesperada ante el abrumador triunfo de Evo Morales en el referéndum revocatorio. Previamente se hacen oídos sordos al intervencionismo exterior por parte de EEUU a la vez que se deslegitima la autoridad del gobierno de Evo Morales.

Ese “diálogo” debe ser obligado para frenar la violencia y a través de él se intenta suspender el referéndum del 7 de Diciembre que debe aprobar la nueva Constitución. El mensaje es claro: lo que no se puede ganar democráticamente hay que frenarlo a través del sabotaje, la violencia y el golpismo.